Austeridad es otra cosa
La polémica sobre la financiación del acto de asunción de José Mujica se puso ayer al rojo vivo. Aparece como diferencia de criterios que va mucho más allá del pedido de contribución a 10 grandes empresas, algunas de ellas que mantienen, o han mantenido, convenios y otros negocios con el Estado. O que son concesionarias de permisos dados por el Estado, como Buque bus, o cobran facturas del Estado, como Red Pagos y Habitab, o que tienen el casi monopolio de los juegos de azar como Banca de Quinielas, o que han sido concesionarios de mega emprendimientos como el Sr. Eukenian en el Aeropuerto de Carrasco. Cousa tiene emprendimientos conjuntos Ancap, o Tenfield, un pulpo económico que tiene deudas millonarias y un enfrentamiento legal con la DGI.
Ni Juan Castillo ni otros han dicho que José Mujica se entrega a los empresarios por 15 o 150 000 dólares. Lo que propuso y fundamentó Castillo en su carácter de militante del Frente Amplio fue salir al cruce de privatizar el financiamiento del acto público, institucional, de asunción de José Mujica por un conjunto de grandes empresas que operan en el país. Es necesario poner la discusión en sus justos términos, no contaminarla con suspicacias o atribución de aviesas intenciones. Encontrar la objetividad de las posiciones y los intereses sociales, de clase, que están en juego.-
El Gobierno que ingresa el 1º de marzo viene brindando suficientes testimonios de reorientar la política y estrategia conducida por el Presidente Tabaré Vázquez en relación con los Partidos Nacional y Colorado. La extrema dureza utilizada – por ejemplo – para definir la candidatura de Ana Olivera a la IMM, se contrapone con una extrema flexibilidad en las relaciones con la conducción de los viejos partidos defensores del sistema capitalista.-
Se crean grupos de trabajo para analizar denominadas “políticas de Estado”, aceptando condiciones antes no aceptables para el Frente Amplio para la incorporación de sus representantes a los directorios de Entes del Estado. De un Gobierno 1OO % del Frente, el Poder Ejecutivo a ingresar envía a diario mensajes hacia una coparticipación de blancos y colorados en un supuesto Gobierno de entonación nacional. No se trata ya de la apertura y convocatoria a empresarios extranjeros – sobre todo – a invertir en el Uruguay – realizada en el Hotel Conrad, hace unos días – sino de darle estructura conceptual, política, programática, a un nuevo tipo de alianza que ya no se denomina Frente Amplio. Será Frente grande, será otra cosa.
No se debe erizar José Mujica de la forma en que lo hizo en su llamada a Radio El Espectador si las diferencias sólo se refirieran a la financiación del acto de su asunción. Existen diferencias mucho de fondo dentro del Frente Amplio, no sólo dentro de su conducción, sino de una parte importante de la base votante y militante. Basta conversar con la gente en una feria para darse cuenta. Cuando Juan Castillo – sin éxito, junto a Richard Reed – sale públicamente a cuestionar que sean algunas empresas las que financien una parte de los gastos, y lo hace en todo su derecho. Los asuntos públicos – el acto del 1º de marzo lo es – necesitan del debate, el control, la iniciativa de la sociedad, en forma permanente.
El Frente Amplio fue quién incorporó al país el criterio de democracia participativa – que viene de la patria vieja -, que es necesario extender, profundizar, desenvolver como forma de involucramiento constante de la sociedad, no sujeta a lo electoral, sino en forma permanente, una democracia social, que bien puede el Gobierno nacional del Frente Amplio – como ha propuesto el Partido Obrero Revolucionario – aplicando decisiones de su Congreso, poner en práctica incorporando directores en los Entes del Estado, revocables en su función, en representación de los trabajadores y usuarios de los servicios.
El MLN/MPP maneja algunos criterios del uso de los recursos públicos con declarada austeridad que – vale decir – los partidos y militantes revolucionarios hemos asimilado y aplicado desde siempre. No es aquí donde existen diferencias. Lo que estamos afirmando, lo que argumentó Juan Castillo, es que si hacemos privada la financiación de la fiesta del 1º de marzo, la estamos privatizando, tercerizando. Castillo puso como ejemplo el conflicto o posibles conflictos de los sindicatos con las empresas posibles financiadoras del acto. Dio un criterio social, de clase, no hizo una acusación al boleo o pronunció un exabrupto.-
Aunque no lo hizo en nombre del PIT CNT es indiscutible la representación que asume. Los trabajadores organizados en los sindicatos y el PIT CNT, el movimiento sindical como conjunto, tienen suficientes antecedentes de legítimos representantes de los trabajadores. A Mujica le debería constar que han sido – como en octubre del 2006 – los sindicatos y el PIT CNT los que salieron a defender la nueva institucionalidad instalada en el Uruguay desde el 1º de marzo del año 2OO5.- También serán los sindicatos y el PIT CNT los fundamentales garantes de la defensa del Gobierno nacional que Mujica ejercerá desde el P E en pocos días.-
Lo que estamos diciendo es que la práctica de que el Frente Amplio o – mas grave aún – el Gobierno nacional que ejerce, solicite y reciba donaciones empresariales – como siempre lo han hecho y siguen practicando los PP TT – es altamente inconveniente. Porque los empresarios hacen inversiones que son políticas y que inevitablemente acarrean posteriores condicionamientos. No existe el capital que no genere ganancias. ¿En que se cambia la dura realidad social de 650 000 trabajadores con problemas de empleo e ingreso, asociando a empresarios con la organización de este encuentro? Una reunión que deberá ser multitudinaria, que servirá para que la población exprese la potencia social del proceso que se desenvuelve en el Uruguay, una unión histórica y actual con los Presidentes de A. latina que dirigen regímenes en la misma vía que avanza el Uruguay.
Mas allá de cómo se termine resolviendo este asunto, consideramos de tremenda importancia que las calles que recorrerán José Mujica y la Plaza Independencia luzcan repletas de la población, en particular de la población organizada en los sindicatos, las organizaciones estudiantiles, sociales, barriales, los partidos del Frente Amplio. La elección de José Mujica fue una nueva victoria del pueblo trabajador uruguayo y de los pueblos del continente y el mundo. El Encuentro con las delegaciones de Cuba, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, deberá ser impresionante. Una fiesta de la confraternidad continental y mundial de y con los pueblos que luchan contra el imperialismo y la opresión que ejerce el sistema capitalista contra la humanidad.