Ante
la crisis del modelo económico y la alianza conservadora
Frente
Amplio: aprender del ejemplo que dejó Hugo Chávez
La
discusión que se procesa en el país viene tomando sustancia,
aunque ni el Frente Amplio ni la central obrera tengan elaboradas
propuestas que respondan a la nueva condición impuesta por el
frente único conservador creado alrededor de la mayoría de la
Corte (SCJ). La importante convocatoria a la manifestación del 25
de febrero en Plaza Libertad estuvo exenta por esta razón de una
estrategia. La conducción del Frente ha sido tomada por sorpresa. La
vieja consigna “dentro de la Constitución todo, fuera de la
Constitución, nada” hace fuerza por olvidar que las
decisiones adoptadas por la SCJ encuentran justificación en la
actual Constitución, fruto del acuerdo entre las viejas cúpulas
burguesas, a fines de los años 6O.-
Las
fuerzas sociales defensoras de los DDHH y el progreso social, se
preguntan ¿ahora qué? cuando se anuncian denuncias
internacionales, consultas a juristas, nueva propuesta fiscal para
las grandes extensiones de tierra, etc. pero el origen del entuerto
permanece intocado. Los instrumentos que se propongan, de aquí en
más, deben ir en procura de conquistar otros resultados así como
ir construyendo bases de un nuevo poder social, sostenido en las
grandes mayorías, que permita avanzar hacia la construcción de
un nuevo estado social de transición al socialismo.-
El
miembro de la Corte disidente con la mayoría, Pérez Manrique, fue
también el único propuesto por el Frente Amplio, mostrando que la
vendida sacrosanta juridicidad está sujeta a principios. El Frente
Amplio, los sindicatos, están obligados a salir del bloqueo
institucional por el accionar conjunto de factores que defienden
concretos y definidos intereses de la clase poseedora.
La
burguesía no puede admitir, al menos tranquilamente, que se
desenvuelva un proceso hacia la instalación del tercer
Gobierno nacional del Frente Amplio. El Frente –obviamente– no
practica una estrategia política revolucionaria, aunque el proceso
social y entorno regional, sí son revolucionarios.- Al sistema
capitalista no le preocupa la política económica de los Gobiernos
del Frente Amplio –que de hecho los ha beneficiado y sostiene-
sino el proceso social de masas, nacional, regional, que aunque
demore se va imponiendo, más allá de los límites auto impuestos
por la dirección del FA.
El
Gobierno nacional encara, aunque vacila, cambios en su orientación
política cuando acentúa la estrategia de integración regional y
continental, estrecha vínculos con Venezuela y Cuba, etc. La
orientación económica encuentra, hoy por hoy, más críticos que
defensores dentro del Poder Ejecutivo, aunque no aparecen aún
propuestas audaces, por ejemplo, un necesario crecimiento general
de salarios y jubilaciones mínimas – una media canasta familiar
básica-, como reclaman algunos sindicatos del magisterio, que
acompañe el crecimiento y “bonanza” de la economía, con
la que algunos se llenan la boca.
Crear
o aumentar impuestos al agro –como propone el Ministro F. Lorenzo–
no resuelve la base de los problemas que es no sólo el déficits
fiscal o la inflación sino que resulta urgente contar con recursos
suficientes para desenvolver inversión en infraestructura
habitacional, saneamiento, centros de estudio, policlínicas,
regularización de barrios, inversión productiva industrial estatal.
Aumentar el impuesto al patrimonio debe ser acompañado del control
por el Estado de importaciones y exportaciones, gran caja fuerte
nacional, orientando la recaudación fiscal, en lo sustancial, a la
notable concentración de las ganancias. Una recaudación como se
propone desde el MEF solo dirigida a mantener o crear
infraestructura vial rural, invertir en formación terciaria o
destinar algunos pocos millones para la adquisición de tierras por
el Instituto Nacional de Colonización (INC) termina eludiendo el
núcleo de la crisis que el Gobierno nacional busca mal resolver
proponiendo una Rendición de Cuentas con gasto cero.
Una
parte del Frente Amplio quiere pararle la mano a Astori y su grupo,
quienes orientan a que la crisis, que comienza a levantar cabeza,
la pague la población trabajadora. A eso se apunta cuando se
comienza a querer restringir ajustes salariales de acuerdo a la
suba en el costo de bienes y servicios esenciales para la vida
social.
El
modelo ingresa en una etapa de crisis acentuada, la que se irá
agravando por efecto del traslado de la crisis universal del sistema.
El Producto Bruto Interno (PBI), que no detuvo su crecimiento en la
última década, admitió el retorno de algunas conquistas perdidas
en el colapso capitalista de 2002, aunque persiste un muy alto
porcentaje de trabajadores y jubilados que rondan ingresos en el
límite, o por debajo, de la línea de pobreza. Los sindicatos
junto a los partidos revolucionarios del Frente Amplio debemos
relanzar en este tiempo concepciones programáticas originales tanto
del Frente Amplio como de la Convención Nacional de Trabajadores
(CNT).
Propuestas
que vienen siendo llevadas adelante, en gran medida, por Gobiernos
progresistas y revolucionarios de A. Latina. Lo ha hecho la
revolución bolivariana en Venezuela. Hugo Chávez – a quien
rendimos conmovido homenaje – mostró con su ejemplo que es
posible emprender e ir profundizando un proceso revolucionario de
transformaciones, sostenido en la mayoría de la población.-
El
Frente Amplio concibió un programa antiimperialista y
antioligárquico pero no ha logrado todavía construir una
conducción decidida a aplicarlo. Esta sigue siendo la tarea
fundamental: que crezca, se desarrolle una dirección que se pare
ante la crisis con una estrategia de transformación del Uruguay,
abriendo cauce a la intervención de la población, tomando distancia
de la socialdemocracia que condujo al colapso europeo, ganando las
elecciones nacionales del 2014 con mayorías parlamentarias, como lo
hecho por Correa en Ecuador, no reiterando errores y limitaciones de
este período.-