"El Socialismo es una necesidad de la organización de la vida"
J.Posadas

martes, 6 de agosto de 2013

Límites del “capitalismo bueno”: hora del proyecto socialista para Uruguay

Editorial

Límites del “capitalismo bueno”: hora del proyecto socialista para Uruguay



En Uruguay en gran medida están siendo jóvenes los que potencian las organizaciones sindicales. Las del comercio y los servicios, los sindicatos de la educación y la construcción, etc.; asimismo, las organizaciones gremiales extienden su organización a sectores antes vedados como trabajadores rurales y policías. Sectores dinámicos de la sociedad se vienen volcando a la organización de clase, participando en movilizaciones o reafirman los instrumentos de clase votando en elecciones sindicales, como en el caso del Sunca.

La lucha social de clases se coloca en el centro de las decisiones. No es una novedad en el Uruguay, ya en 1968 Posadas analizó la rebelión social de la población. Lo distinto hoy, es que el mundo ha cambiado y el Frente Amplio ejerce un Poder Ejecutivo que cuenta con mayoría en el Parlamento. El Frente caminó desde su origen unido a la clase trabajadora: “El Frente lo que hizo fue recoger las ideas del pueblo: son las de la CNT, las de las agrupaciones políticas que integran el Frente”. (Discurso del 26 de marzo de 1971).
Con motivo de la movilización del PIT CNT del 25 de julio pasado, el dirigente de la Untmra y coordinador de la Central sindical, Marcelo Abdala, dirigió una carta a los frenteamplistas donde se expresa La movilización popular es un estímulo a las transformaciones. Sólo representa un palo en la rueda para el capital financiero. Para el proceso de los cambios, que nuestro pueblo necesita, la movilización es, por el contrario, un acelerador, el aporte insustituible del movimiento popular organizado a ese proceso”.
Los trabajadores organizados hacen funcionar al país, también pueden paralizarlo. A las movilizaciones y medidas de los sindicatos de la Educación se suma el comienzo de acciones en Salud Pública. A diferencia de la posición adoptada ante las movilizaciones sociales en el Brasil por Dilma y Lula, el Gobierno de José Mujica tiende a cerrarse sobre sí mismo, más allá del pedido de disculpas del Presidente a los maestros.
El proceso nacional necesita que los sindicatos y la central obrera intervengan en las decisiones de Gobierno. Cuando no lo hace la clase trabajadora las decisiones se adoptan bajo presión y chantajes de los instrumentos del sistema (partidos, cámaras, medios de difusión, etc.). Sin embargo, la política de presión política y parlamentaria que lleva adelante el movimiento obrero y popular muestra sus límites, nuevamente.

El proceso social puja por sobrepasar límites políticos, programáticos, autoimpuestos por la conducción del Frente Amplio. No ponemos en duda que el país ya optó por seguir probando al Frente Amplio. La sociedad nacional resulta ingobernable para otros. De ahí que la discusión se concentra no ya si Tabaré será reelecto, sino en la política que se aplica hoy y la que se aplicará mañana.

El Gobierno procuró un acuerdo político con la oposición que el mismo Mujica descalificó (Fuimos estúpidamente generosos, afirmó). Pero mantuvieron sus espacios en los Entes del Estado. La estrategia del Frente Grande que el POR combatió casi solitariamente -Gobierno del Frente Amplio 100 %, dijimos- fue un fracaso estrepitoso.

Afirmamos que es necesario que los sindicatos y el PIT CNT exijan tener representación en los Directorios de los Entes del Estado, incluidos el MGAP, el INAC, etc.; en estas últimas instituciones es donde se sueldan alianzas con la Asociación y la Federación Rural. Los límites del Frente Amplio y su Gobierno sólo serán sobrepasados con la transformación en composición de clase de su conducción. La crisis planteada no es de retroceso, sino por la construcción de una dirección de clase y revolucionaria.

Los sindicatos deberían elevar sus planteos en esta perspectiva. Para avanzar hacia salarios y jubilaciones vitales se necesita enfrentar al sistema capitalista, tanto política como programáticamente. Es necesario no sólo proponer impuestos a la concentración del capital, de la renta, de la propiedad, sino avanzar en la aplicación del programa original del FA que propone nacionalizaciones, estatizaciones. Las más evidentes, la del Comercio exterior y la industria frigorífica.

El Frente, el Gobierno, requieren de la misma “renovación profunda” de que habla Lula da Silva, y “al que le sirva el sayo que se lo ponga”. A nuestra fuerza política le cae que ni de medida. Se está tocando el límite del “capitalismo bueno”, no basta con la intención de regular el sistema, es necesario ir creando, construyendo las bases para salir del mismo desde ahora. Las bases programáticas que serán presentadas en el próximo Congreso del FA para su discusión y aprobación, el debate que precederá al Congreso es una oportunidad para comenzar a transitar este camino.



2/08/13

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